¿Debe el Nuevo Puente Ferroviario llevar el nombre de Sebastián Piñera? Un debate necesario

La reciente propuesta del gobernador del Biobío, Sergio Giacaman, de nombrar el Nuevo Puente Ferroviario en honor al expresidente Sebastián Piñera ha generado un intenso debate en la opinión pública. Esta infraestructura es clave para mejorar el transporte ferroviario y potenciar el desarrollo productivo de la región, pero la idea de asociarla al exmandatario ha dividido a la ciudadanía. Más allá de las legítimas diferencias políticas, es fundamental analizar si esta propuesta es adecuada, considerando el historial de Piñera, el contexto histórico y las implicancias sociales de la decisión.

El rol de Piñera en el Nuevo Puente Ferroviario

Sebastián Piñera tuvo un papel relevante en la concreción del Nuevo Puente Ferroviario, especialmente durante su segundo gobierno (2018-2022), cuando el proyecto avanzó de manera significativa. Sin embargo, esta obra es el resultado de un esfuerzo de largo plazo, con estudios y planificación iniciados en gobiernos anteriores. En Chile, las grandes infraestructuras suelen ejecutarse en varias administraciones, por lo que asignar el mérito total a un solo período presidencial es, en el mejor de los casos, una simplificación.

La idea de homenajear a expresidentes con nombres en infraestructuras no es inédita en Chile, pero históricamente ha ocurrido con figuras ampliamente reconocidas con el paso del tiempo. Un ejemplo reciente es el Puente Patricio Aylwin Azócar, en Concepción, nombrado en honor al primer presidente de la transición democrática. En este caso, su legado como símbolo de unidad y democracia fue un factor clave para su designación. En contraste, la propuesta del gobernador Giacaman se presenta en un contexto aún reciente, sin el beneficio de la perspectiva histórica ni el consenso ciudadano.

El historial del expresidente: logros y controversias

Para evaluar si Sebastián Piñera merece este reconocimiento, es necesario revisar su trayectoria con objetividad. Piñera fue un empresario exitoso y dos veces presidente de Chile, gobernando entre 2010-2014 y 2018-2022. Su primer gobierno estuvo marcado por la reconstrucción tras el terremoto del 27F, el rescate de los 33 mineros de Atacama y el crecimiento económico. En su segundo mandato, en cambio, enfrentó una de las mayores crisis sociales del país con el Estallido Social de 2019, que derivó en un proceso constituyente y en denuncias por violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas.

Junto con su trayectoria política, Piñera también acumuló una serie de controversias a lo largo de su vida pública. Fue acusado en diversas ocasiones de corrupción y conflictos de interés, incluyendo su participación en el caso Exalmar, donde se le cuestionó por inversiones en una pesquera peruana mientras Chile litigaba con Perú en La Haya. También fue vinculado en los Pandora Papers, donde se reveló que su familia había realizado negocios en paraísos fiscales, lo que generó dudas sobre su actuar ético.

Otro antecedente relevante es su vinculación con el escándalo del Banco de Talca, donde en los años 80 enfrentó una orden de detención por fraude bancario. Aunque finalmente no fue condenado, el caso dejó una sombra sobre su historial financiero. Más recientemente, su nombre también apareció en el caso Luis Hermosilla, donde se investigan presuntas redes de corrupción judicial.

¿Un nombre que une o que divide?

Más allá de la evaluación personal sobre Piñera, una pregunta clave es si su nombre representa un símbolo de unidad para la región y el país. El Nuevo Puente Ferroviario es una obra de alto impacto para el Biobío, diseñada para mejorar la conectividad y fortalecer la actividad económica, por lo que su denominación debería reflejar valores ampliamente compartidos por la ciudadanía.

Dado que Piñera es una figura profundamente polarizadora, su nombre podría generar más controversia que reconocimiento. Para algunos, representa estabilidad y desarrollo económico; para otros, simboliza desigualdad, abusos de poder y represión estatal. En este contexto, imponer su nombre a una infraestructura de gran relevancia podría generar rechazo en una parte importante de la población.

El camino correcto: consulta ciudadana y consenso

Nombrar infraestructuras públicas es una decisión que debería basarse en criterios técnicos, históricos y democráticos. Una alternativa más adecuada sería abrir un proceso de consulta ciudadana, donde los habitantes del Biobío puedan proponer y decidir nombres que representen la identidad regional. Existen muchas figuras locales o nacionales que podrían ser homenajeadas sin generar divisiones, desde líderes históricos hasta personalidades vinculadas al desarrollo ferroviario e industrial de la región.

En definitiva, la propuesta del gobernador Sergio Giacaman de nombrar el Nuevo Puente Ferroviario como ‘Sebastián Piñera’ puede responder a una intención de reconocimiento, pero no parece ser la mejor opción para una obra que busca unir a la comunidad. En un país con una historia marcada por divisiones políticas, es preferible optar por nombres que generen identidad y consenso, en lugar de abrir un nuevo frente de disputa.

Juan Pablo Pezo Dalmazzo
Juan Pablo Pezo Dalmazzo

Sociólogo y Cientista Político, Licenciado en la universidad de Lyon 2, Maestría y Master en la Universidad de Panthéon, Sorbonne, Paris, Francia.