El municipio de Concepción, despojado de su lugar histórico

¿Sabías que hasta 1960, Concepción contaba con un majestuoso edificio municipal al estilo de los grandes municipios parisinos? Ubicado entre Barros Arana y Aníbal Pinto frente a la Plaza Independencia, este ícono arquitectónico era mucho más que un edificio administrativo: simbolizaba el corazón cívico de nuestra ciudad y la relación entre los penquistas y su gobierno local. Sin embargo, tras el devastador terremoto de 1960, se tomó la lamentable decisión de demolerlo en lugar de restaurarlo, dejando un vacío patrimonial y simbólico que, hasta hoy, no hemos sabido llenar.

Actualmente, el municipio de Concepción se encuentra en un edificio que, sin exagerar, está entre los más feos del país. Este edificio, además de no estar ubicado en el centro cívico histórico de la ciudad, es arrendado al Arzobispado de Concepción, carece de identidad arquitectónica y cierra sus puertas al público a las 14:00 horas, bajando una cortina de lata que evoca más una tienda comercial que la institución política más importante de la comuna. Concepción, una de las principales ciudades de Chile, es también la única donde su municipio no está emplazado frente a la plaza principal, perdiendo así una parte esencial de su identidad urbana y democrática.

Este vacío no solo habla de una pérdida patrimonial, sino de una desconexión con el simbolismo que Pierre Bourdieu atribuye a las instituciones públicas: un capital simbólico que refuerza su legitimidad, su valor en la memoria colectiva y el sentido de pertenencia de los ciudadanos. En lugar de representar estos valores, el edificio actual del municipio transmite precariedad y abandono, reflejando el descuido con el que históricamente se ha tratado el patrimonio cívico penquista.

Una propuesta para recuperar la dignidad del municipio

Es momento de replantearnos la ubicación del municipio de Concepción, y la respuesta está frente a nosotros: reubicar la Municipalidad de Concepción en el edificio que hoy ocupa la Delegación Presidencial, frente a la Plaza Independencia. Este edificio, con su ubicación estratégica y significado urbano, es el lugar que el municipio debe ocupar para recuperar su centralidad simbólica en la vida cívica penquista.

La Delegación Presidencial, en cambio, es una institución nueva, creada tras la desaparición de las intendencias en 2021, sin raíces históricas en el Estado chileno ni un sentido de pertenencia en la comunidad local. Es, además, una institución que refleja el poder centralista en su máxima expresión, y cuya existencia contradice el compromiso del actual gobierno del presidente Gabriel Boric de avanzar hacia la regionalización y la descentralización. El mismo Boric ha señalado la necesidad de eliminar las delegaciones presidenciales, reconociendo que perpetúan un sistema que obstaculiza el fortalecimiento de la democracia local.

El traslado del municipio a este edificio no solo sería un acto de justicia histórica, sino también un paso coherente con las demandas de autonomía que las regiones vienen exigiendo desde hace años. Como señala Henri Lefebvre en El derecho a la ciudad, los espacios públicos deben reflejar las aspiraciones de las comunidades que los habitan y no servir como instrumentos de poder centralizado. El actual emplazamiento de la Delegación Presidencial en la plaza principal refuerza una desconexión entre las decisiones políticas centralizadas y las necesidades locales, en lugar de representar a la comunidad penquista.

La mejor ciudad de Chile: un proyecto desde el municipio

El actual alcalde Héctor Muñoz asegura que Concepción es “la mejor ciudad de Chile”, pero esta afirmación parece más un eslogan vacío que una realidad tangible. No se puede aspirar a ser la mejor ciudad si su principal institución democrática no tiene un edificio propio, digno y cargado de simbolismo. Más que palabras, Concepción necesita acciones concretas: devolver el municipio a la plaza principal es un primer paso para revitalizar su identidad, fortalecer su democracia local y transformar su espacio urbano en un reflejo del orgullo y la historia penquista.

Un municipio en la plaza principal no solo es una solución patrimonial, sino también un gesto de descentralización y democracia. Es un lugar donde los ciudadanos pueden ver cristalizados los valores de la política local: cercanía, accesibilidad y representación. Como señala Bourdieu, el capital simbólico de las instituciones no se construye solo a través de su función administrativa, sino de lo que representan en el imaginario colectivo. Un municipio frente a la Plaza Independencia sería el símbolo más poderoso de la autonomía local y del compromiso con un futuro más justo y descentralizado.

Concepción debe convertirse en un modelo de descentralización y orgullo cívico. Eliminar la Delegación Presidencial y trasladar el municipio a su lugar histórico frente a la plaza sería un paso significativo en esa dirección. Porque la mejor ciudad de Chile no puede seguir relegando su institución más importante a un espacio carente de belleza, historia y dignidad. Es hora de recuperar lo que nos pertenece: un municipio que inspire, una plaza que conecte y una ciudad que enorgullezca a todos los penquistas. 🌿

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Juan Pablo Pezo Dalmazzo
Juan Pablo Pezo Dalmazzo

Sociólogo y Cientista Político, Licenciado en la universidad de Lyon 2, Maestría y Master en la Universidad de Panthéon, Sorbonne, Paris, Francia.